viernes, mayo 07, 2010

Adiós Blogger Cruel

Ayer pasó algo jocoso. Resulta que después de un laaaargo día de laburar + estudiar + entrenar, llegué a casa a las 12. Me siento ante la máquina para ver mis correos, ingreso mi usuario y, en lugar del clásico inbox me encuentro con una pantalla que rezaba: SU CUENTA DE GOOGLE HA SIDO DESHABILITADA. ¿¡PERDÓN!? ¿Cómo que deshabilitada?
Entré entonces a recorrer los productos de Google que uso con esa cuenta:
  • Blogger: ninguno de mis tres blogs aparecían
  • GoogleCode: mi proyecto desapareció
  • Calendar: de nuevo la pantallita de la deshabilitación
  • GoogleFeeds: Adivinen...
  • GoogleDocs: ...
Ante este prospecto, volví desesperado a la pantalla de deshabilitación, a ver qué soluciones habían. Bueno, el plural está mal usado, porque existía sólo una opción: Que me manden un código de desbloqueo por SMS. O sea que tenía que ingresar mi número de teléfono a la página. Bueno, ya había comprobado que estaba todo perdido, así que me arriesgué.
El formato de número ingresado no es correcto.
¡LA CONCHA DE TU MADRE, DAME MI CLAVE! ¡Quiero ver mis mails, comentar sobre películas! ¡ME QUIERO IR A DORRRMIRRRRR!
No fue hasta altas horas de la noche que encontré cuál es el formato adecuado (código_de_área_con_0+teléfono_sin_quince sin espacios), pero todo fue en vano, ya que ahora rezaba: Ese celular ya tiene asociado su máximo número de cuentas. Por favor, ingrese otro número. Claro, lo tengo registrado en mi cuenta de TKD... No dormí muy bien esa noche, lo cual no es bueno, dado que tenía parcial el día siguiente.
Al levantarme, entré nuevamente en la bendita paginita para intentar seguir usando mis herramientas de Google. Poca no fue mi sorpresa al encontrarme esta vez con una segunda opción: que me manden el código por teléfono. O sea, Google phone home.
De una acepté la opción y al instante me llama una señorita grabadora para pasarme mi código de desbloqueo.
Un rápido cambio de pass y me encontraba nuevamente en mi inbox.

Ahroa bien ¿Saben qué es lo peor del asunto? Más allá de que podría haber perdido cinco años de mail, mi proyecto, mis blogs, mi agenda, documentos y feeds, lo que más me pegó fue que eso se debiera al mal accionar de alguien con mi cuenta de correo. Soy tan dependiente de Google que la violación de los términos y servicios de CUALQUIERA de esos productos me inhabilita TODOS. Es por esto que me pongo a buscar mejor puerto para mis proyectos.
Hay cosas que no puedo dejar por ahora, como Google Docs o GoogleCode, y otras que no quiero dejar, como GMail. Los Feeds pocas veces los leo, así que no me calientan. Calendar... Será cosa de empezar a usar alguna herramienta de escritorio y sincronizarla con el celular (la ventaja de tener un smartphone). Y los blogs... Bueno, es hora de cerrar la persiana.
No, no me retiro, pero me mudo de local: La nueva Cama de la Bestia

Blogger, muchas gracias por los servicios ofrecidos. Nos veremos cuando hayan mejores técnicas contra el hackeo de cuentas.

Y, por cierto, los otros dos blogs también se mudan:
Pasen y Vean (nuevamente)

domingo, mayo 02, 2010

Un Dios salvaje

Hace poco menos de un año reconsideré al teatro como forma válida de entretenimiento. Desde ahí que no pisé uno hasta hoy.
Resulta que quería ver la obra Araoz y la verdad que Luis Brandoni y Diego Peretti presentan en el Paseo La Plaza, principalmente porque me quedé con todas las ganas de ir a ver La muerte de un viajante -con Peretti y Alfredo Alcón. Bueno ¿Adivinen qué? ¿Se acuerdan del viejo lema Somos actores, queremos actuar? Esta buena gente debe ser medio disléxica, porque confundió actores con trabajadores y decidieron conmemorar al 1 de mayo como corresponde: matando obreros en Chicago... ¿Cómo que no se conmemora así? Espero que ningún obrero de Chicago abra los regalos que les mandé hoy entonces...
Bueno, el asunto es que me quedé sin plan A, y eso me ofusca mucho. El plan B podía ser El mundo ha vivido equivocado de Fontanarrosa, o la obra cuyo título comparte con el título de este post. ¿Cuál creen que fuimos a ver, finalmente?

Tras correr al tren (en zapatos), llegué justo justo para el inicio de la función, donde me estaban esperando mi novia y una de nuestras mejores amigas.
En el living de una casa se encuentran Goity, Mirás, Peña y Onetto, quienes buscan discutir de una manera sana y conciliadora el hecho de que el hijo de Mirás y Peña le haya pegado con un palo en la cara al crío de Goity y Onetto. Si bien Tanguito y Mónica Argento están dispuestos a acatar lo que les piden los padres de la víctima, y Goity parece feliz de ver concluído el asunto; pero los insidiosos comentarios de la madre de Bruno (el chico golpeado) hacen que la calma, civilizada y conciliadora reunión devenga en una muestra la decadencia de la familia. Momentos delirantes, ratos grotescos y hasta alguna que otra escena desgarradora, pero siempre calando hondo; esta obra tal vez no sea una maravilla de este arte (que no estoy seguro cuál es su ordinal), pero los actores la pilotean excelentemente. De hecho, no daba tres mangos por Peña, cuya sobreactuación televisiva ya me tenía bastante cansado, pero evidentemente agarra lo que sea en TV para juntar plata y hacerse conocida, para en el teatro desconcharla con una sobria pero alegre actuación. Fernán Mirás y Gabriel Goity son dos de mis ídolos desde que los vi juntos en un unitario de Canal 9 llamado Femenino-Masculino, que nadie vio porque fueron las primeras épocas del Canal 9 de Haddad, por lo que la gente no miraba sus programas sólo por no ver el canal facho. A Onetto no la conocía, pero -desde donde estaba- me resultó muy sosa a veces y sobreactuada en otras.
Me resultó lenta para arrancar y me dio la sensación de que se estiró un poco, pero eso no quiere decir que no la haya disfrutado, ni mucho menos.
¿El precio? Saladix: $80 la más barata (con Club Personal hay un 25% de descuento). Las salas no son grandes, por lo que tranquilamente pueden sacar las más baratas, que se ve a la perfección.

Si tienen tiempo y ganas, no es una mala inversión. Seguramente haya cosas superiores en cuanto a contenido, pero no sé si hay una comedia dramática que tenga actores de este calibre en este momento.


PD: ¡Ah! En la entrada daban un 20% de descuento para comer en uno de los restaurantes del Paseo La Plaza. Fuimos a comer ahí y por $40 comimos entraña, papas, ensalada, vino y postre. ¡Altamente recomendable!

PD2: ¡No se olviden de pasar por mi blog de películas: Pasen y vean!

miércoles, marzo 03, 2010

Versión 1.0 -y cómo se llegó hasta allí-


Como algunos sabrán, hace casi un año comencé con un pequeño proyecto para aprender a programar en Ruby: un catálogo de películas.
Era un proyecto ambicioso que tenía que poder hacer todo, desde catalogar las películas (más le vale, sino de catálogo no sirve mucho) hasta buscar información en IMDB y permitir importar/exportar información desde un xml.
Como se imaginarán, el proyecto quedó en el olvido, con mucha funcionalidad ideada pero nada concretamente implementando.

Hasta que un amigo me pasó -Buzz mediante- el artículo titulado 4 Simple Principles of Getting to Completion. Y mi enfoque del programa (y la programación en sí) cambió radicalmente.
Dos semanas después de leer dicho artículo, nos encontramos (sí, todos nosotros) ante la versión 1.0 del catálogo.
En la página del proyecto encontrarán, además del programa en sí, información de uso, problemas conocidos y el código fuente.

"¿Cuáles son esos principios mágicos?" se preguntarán mis lectores hispanoparlantes (aparentemente, no consiguieron mejores parlantes...). Acá abajo les dejo la traducción

Cuatro Principios Simples Para Llegar a Término
  • Mantené el alcance del proyecto tan pequeño como puedas: en lugar de buscar que tu programa haga todo, concentrate en que haga una única cosa. En lugar de construír una ciudad de un saque, andá construyendo casa por casa
  • Practicá el "con esto alcanza": Todos queremos que lo que hacemos nos salga perfecto. Pero a veces la perfección hace que las cosas no salgan. En lugar de esperar a haber pulido todos los detalles, fijate de hacer lo suficiente para que lo que estés haciendo ande
  • Sacá los extras: Similar al primer punto, debés concentrarte en que tu proyecto haga lo menos posible y lo haga lo suficientemente bien. ¿Querés que hable y te prepare el desayuno? Concentrate en lograr que hable. ¿Estás diseñando una página que muestre contenidos, tenga podcasts, foros y se linkee con las redes sociales? Arranquemos con el contenido.
  • Hacelo público rápidamente: Tu meta debería ser tener un producto que mal que mal funcione para que tu público (lectores/usuarios/amigos) lo pueda apreciar lo antes posible. La versión inicial no tiene que tener TODA la funcionalidad que quisiéramos, sólo la básica
Mediante estos cuatro simples concejos, el Catálogo funciona. No trae información de IMDB ni permite importar/exportar información -aún-, pero permite agregar películas y consultarlas. Aún así, cuenta con dos interfaces de usuario distintas. Así es: No hace nada de lo que quería que hiciera, pero se ve muy bonito.

Agradeceré cualquier comentario que quieran hacerme al respecto. Toda ayuda es bienvenida.

miércoles, febrero 17, 2010

Carta abierta a la crítica


Hace unos días me encontré con un artículo sobre programación. De hecho, me encontré con este artículo. El mismo habla sobre lo apurado que está el mundo para hacer todo, que nos venden que podemos aprender a programar en diez días.
En el mismo artículo hacen referencia a los estudios hechos por Bloom en el '85, Bryan y Harter en 1899, Hays en el '89 y Simmon & Chase en el '73 que especifican que el número es correcto, pero no así la magnitud: No alcanzan diez días para considerarse experto* en algo; son necesarios DIEZ AÑOS.

¿A qué me refiero entonces con el título de esta entrada? A una crítica que se le viene haciendo a Chul Hak San, la escuela de Taekwon-Do a la que pertenezco: la velocidad con que se alcanza el cinturón negro.
En la escuela se hace la siguiente analogía: un cinturón negro es como aquel que termina la primaria; no tiene el conocimiento perfecto de todo lo que abarca el arte marcial, sino los rudimentos de la práctica. A partir de I dan es que se comienza con el verdadero aprendizaje.

Los cinturones negros de Chul Hak San tienen capacitación constante: clases de cinturones negros y jornadas de perfeccionamiento. Depende de cada uno qué aprender en cada caso, pues se cree en la autosuperación y la autodisciplina.

En una nota personal, a veces, durante las clases, cuando creo que algo no me está saliendo me digo "Fede [NdF: sí, me hablo a mí mismo en tercera persona], hace diez años que estás practicando; algo tenés que haber aprendido" ¿Y saben qué pasa? Las cosas empiezan a salir.
Por otro lado, y acompañando el lema de la casa Nunca es suficiente, cuando creo que las cosas están saliendo, me recuerdo que "Fede, ahora pateás como querías hacerlo cuando eras I Dan, pero no como querés patear ahora"

Admito que ha sido un posteo bastante incoherente en cuanto a la escritura, pues son varias cosas que quería decir hace rato, pero no estoy seguro de haberlas conectado como corresponde

* según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra experto quiere decir "Práctico, habil, experimentado"; un experto no es el que sabe todo, sino el que tiene experiencia en la práctica de su área.