lunes, mayo 04, 2009

Baraka -o la redención del teatro-


Por primera vez en muchos años, fui al teatro a ver algo que no fuera Les Luthiers ni un recital. Mi primera opción era ver La muerte de un viajante, de Arthur Miller, con Alfredo Alcón y Diego Peretti, en el Paseo La Plaza. Sin embargo, las funciones ya habían terminado, así que decidí ir a ver Baraka [Amigos], más que nada porque los actores (Hugo Arana, Darío Grandinetti, Juan Leyrado y Jorge Marrale) son demasiado buenos.
La obra trata sobre cuatro amigos de toda la vida, y como toda esa vida afecta a la amistad. Entre dimes y diretes, esta comedia devenida en tragedia narra distintos acontecimientos sucedidos en los últimos treinta años de la vida de los protagonistas; todo desde las -no siempre- amenas conversaciones que se desarrollan en el living del loft de Pedro (Grandinetti).
En dos magras horas uno es llevado desde la risa hilarante hasta el nudo más cerrado en la garganta; de una punta del asombro a la otra.

Lo que me sacó de quisio -cosa no muy difícil, estamos de acuerdo- fue la gente:
¿Por qué hablan durante la obra? No sólo es una falta de respeto para los demás que estamos tratando de ver el espectáculo, ¡sino también para los propios actores!
Si pasaron CUATRO veces el mensaje de apagar el celular ¿por qué suena uno DOS veces cuando la obra ya comenzó?
Si la gente que va al cine me parece una porquería, estos los sobrepasaron con creces.

Así y todo, hagan caso a mi recomendación: vayan a ver Baraka.

Para terminar, transcribo un comentario del director, Javier Dualte
La amistad quizá sea el tipo de vínculo que está más idealizado en la sociedad contemoporánea. Creemos sin dificultad que es un afecto que sobrevive a todo: el paso del tiempo, la distancia, el deterioro, el desencuentro. ¿Pero es así verdaderamente? ¿O es posible que todo tambalee cuando las circunstancias apremian?
Baraka no quiere decir nada y quiere decir muchas cosas. Pero lo importante es que nadie sepa cuál es su significado. Baraka es el saludo de guerra de estos cuatro amigos que son Pedro, Julián, Tomás y Martín. El saludo mágico, el código secreto a través del cual se entienden. O creen entenderse.
Después de mucho tiempo de no reunirse, ciertos hechos hacen que los cuatro vuelvan a compratir una breve temporada de intimidad. Pero ya no son los mismo. Aunque lo que hoy es cada uno de ellos estuviera tal vez cifrado en lo que fueran hace más de veinte años. Y tal vez nada haya cambiado, y el afecto siga, a pesar de todo, intacto. Pero también es cierto que después de este reencuentro, nada volverá a ser como antes.
Baraka contrapone los indiscutibles valores de la amistad con una serie de miserias: la ambición, la falta de compromiso personal, el pánico, la cobardía, la deslealtad.
Baraka es una comedia sobre la amistad y sus límites.

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