jueves, noviembre 08, 2007

¡Ferrari Campeón!




Viernes 26 llego a lo de Luis y me encuentro con un espectáculo poco agradable. Verán, el susodicho decidió que quería liarse de por vida con su novia -craso error, si me preguntan (y si no, también)-, por lo que su hermano Facundo le organizó su despedida de solteros. La misma consistía en tres partes:

Embriagarlo

Pelvis

Travas

Así que vamos por partes:

Como les decía, llegué y lo veo con el torso desnudo, el pecho pintarrajeado de rojo y un vaso amplio con una bebida de dudosa procedencia. En el recinto se encontraban Facundo (el hermano), Omar y una miríada de desconocidos. Ok, eran tres más nomás, Mariano, un compañero de laburo de quien nunca aprendí el nombre y Nicolás, otro hermano.

Facundo dirigía, Mariano ejercía coerción y los demás nos reíamos. A la orden de “menos charla y más bebida” se obligó a la víctima a beber una botella de tinto y un tanto de cerveza. De más está decir que su estado psicológico terminó dejando qué desear.

Divertida anécdota: en el interín del asunto, y estando todavía la víctima en estado coherente, tiene el tupé de atender su teléfono celular, sólo para recibir alaridos y maltratos por parte de los allí presentes. Al retirarle el teléfono en plena charla, nos enteramos de que estaba hablando con su futura señora, a la que no-muy-cortezmente se le sugirió no reincidir.

Retomando (que es lo que Luis hacía en ese momento), se lo obligó a ponerse una sunga y un corpiño rellenado con un par de medias (¿Cómo que se van a perder? Entonces usen otras)

Calzándolo con un par de zapatos/botas de Jesica, lo subimos al auto de Hernán, primo de Jesica quien arrivara poco antes.

Un curioso detalle fue que a la mitad de los vecinos de Luis se les dio por salir a hacer sus cotideaneidades exactamente a la hora en que lo sacábamos del edificio, por lo que medio consorcio se enteró de que tenían un vecino que se casaba y al que le quedaba mal el corpiño.

Monroe a Crámer a Av. de los Incas a Forest a Corrientes. Bocinazos y fotos. Luis saludando a la gente desde el baúl. La gente horrorizada, aunque no estoy del todo seguro si era por el espectáculo, porque el soperútano se bajaba del auto y pedía monedas en las ventanillas de los conductores o por el hecho del casamiento en sí. Mientras tanto, rogábamos que en su estado de alcohólico no le hiciera ningún ademán a los oficiales de policía con que nos cruzábamos, porque si bien hubiera sido divertido ver cómo se lo llevaban preso, no sé cuánto hubiera durado guardado sólo con sunga y corpiño.

Llegamos a destino (Pelvis) y procedemos a entrar al Paraíso. Un paraíso bastante literal, donde todo es “mira pero no toques”, por más que ganas no falten. La libido aumentaba en forma exponencial. Arrivaron un par de amigos más, así como Santiago -el otro hermano-, pero no llegamos a ser doce, número mínimo a partir del cual el local enviaba una señorita a bailar a la mesa (durante los preparativos, el nombre clave de esto era “enano”).

En una mesa cercana se desarrollaba otra despedida de solteros, con el pobre diablo disfrazado de He-Man, atendidos por la que probablemente sea la mina de carne y hueso más linda y fuerte que haya visto en la vida.

Antendidos por la servicial Patricia, hicimos honor a la comida y bebida libre, haciendo correr pizza tras pizza y cerveza tras cerveza, simulando prácticamente una cinta en la que los chopps llegaban llenos y se retiraban vacíos una y otra vez.

Y comenzó el show. Primero un par de bailes en las barras que hicieron que el comentario de ¿Dónde queda el bulo más cercano? se repitiera cada cinco segundos. Luego -aporte mediante- un show privado para nuestro homenajeado. Una señorita vestida con un atuendo de promotora de Ferrari sentó a Luis frente a todos y comenzó a desnudarse con un sensual baile. Esta señorita era la misma que estaba sirviendo en la mesa contigua. Mano va, mano viene (ambas de la srita, porque Luis se estaba por casar... Y estaba consciente de que ante el menor improperio nos iban a echar a tiros), Luis termina semi desnudo, agradeciendo haber tomado tanto que le fuera imposible pararse. Por lo pronto, el resto de nosotros terminó averiguando dónde estaba el breca más cercano (ahí a la vuelta).

Luego de un par de pizzas, cervezas y babas más, se le otorgó un nuevo show a Luis. Esta vez de parte de una inmensa mujer de tez morena y holgada vestimenta. ¡La puta!- pensamos todos al unísono -¡Es un trava!-. Comienza el show y la vemos manoseándolo, apoyándose en él, bailándole y desvistiéndose de a poco; siempre con caras de horrorizados. Más manos corren y más ropas vuelan, hasta que el momento del climax llega. Se saca la pollera y... ERA MUJER NOMÁS. Todos respiramos aliviados. Nos enteramos después que entre zarandeo y revoleo, la dama le había anticipado a Luis: No te preocupes que soy nena.

Unas cuantas pizzas después le tocó el turno a He-Man. Primero tuvo una sesión con la nena, aunque sus amigos no tuvieron que asustarse por nada pues habían visto el show anterior.

Pero lo mejor fue el siguiente show privado de He-Man, donde una rubia y Ferrari, ambas vestidas de colegialas, lo echaron al piso y se manoseaban, besaban y desnudaban entre ellas. Estaba decidido: la próxima parada de la gira sería un puterío.

Un par de horas y bebidas después salimos del recinto. Mientras los conductores intentaban sacar sus vehículos del sobrepopulado estacionamiento, a Luis no se le ocurrió mejor idea que ir a la cola de un boliche de enfrente a comentar su futura situación marital y pedir monedas.

Luego de 15 a 20 minutos, junto con Nicolás veo pasar el auto de Facu. Lo seguimos un par de metros y veo que no se detiene. Dobla la esquina y se frena junto al auto de Santiago; me digo ahí se dio cuenta y avanzo en su dirección, pero el auto simplemente arrancó... Ok... ¡Estamos jodidos!

Afortunadamente la telefonía celular argentina no me defraudó en esta ocasión y prontamente fuimos recogidos (en el sentido de que nos vinieron a buscar) y enfilamos para Palermo para hacer que Luis se saque fotos con travas. Sin embargo, y debido a que pareciera que el hermano de Luis no ve un noticioso desde hace años, enfilamos para Godoy Cruz. Desafortunadamente esa zona ha dejado de albergar a los transvestistas. Decepcionados y ya agotados -porque la gran mayoría estábamos despiertos desde las 6am-, decidimos que ya era hora de partir. Pusimos a Luis un poco más presentable, con un boxer y mi campera, y enfiló para el lugar donde se encontraba su consorte. El resto rumbeamos para Puente Saavedra, donde la aventura terminó.

Dicho sea de paso, a la fecha sigo sin mi campera.

viernes, septiembre 14, 2007

Se me perdió un cuarto de siglo

Si alguien lo vio, avise, porque la verdad no sé qué le habrá pasado. Algunos de mis allegados consideran que se lo dejé en cuotas al alcohol; otros, que se lo llevaron los cuádruples de Burger King. Lo cierto es que me falta y no sé qué fue de él.

¿Alguien me puede decir qué hago ahora con un cuarto de siglo menos? Momento, ya sé: ¡vivo los próximos cinco años como si fueran 25! ¿Funcionará? ¿Cómo sería pasar cada año como si fueran cinco? Analicemos el suceso entre todos (o sea, lean las bol… Locuras que se me van ocurriendo).

25-26 = [0-5)

En esta etapa tendría que vivir completamente despreocupado del mundo. Lo que hiciera o dejara de hacer debería estar amparado bajo el marco de la inocencia. Poco sabría de lo que es uno y lo que es la vida.

Tendría que pasar el año entero drogado, digamos.

26-27 = [5-10)

El inicio del aprendizaje. Debería aprovecharlo para aprender todas las cosas que no aprendí en este tiempo, como Sistemas Operativos, integrales, o restar, que cada tanto me cuesta.

27-28 = [10-15)

El despertar sexual. El descubrimiento de los secretos de la intimidad, así como de la intimidad mutua.

Tengo que pasar los 365 días de ese año poniéndola. Nuff said.

28-29 = [15-20)

La edad del pavo... Este es un año del que prefiero no especular, porque no me imagino a un flaco de 28 en plena edad del pavo…

29-30 = [20-25]

El comienzo de la madurez. Tendría que considerara sentar cabeza y comenzar a laburar. Mis viejos y jefes estarían agradecidos respectivamente.



jueves, julio 26, 2007

Mes Amis

Salvando distancias, pongámonos a pensar: ¿Qué nos pasa a los amigos? ¿Estamos todos locos?

Nos encontramos ante un día festivo/conmemorativo –y, hasta cierto punto, comercial– pero que hasta hace no más de doce meses nos hacía regocijarnos, aunque más no fuera porque por una vez en el año nos íbamos a ver todos –o casi todos–.

¿Qué fue lo que nos hizo cambiar tanto de opinión? ¿Es acaso el considerar que nos queremos tanto que con vernos esporádica e individualmente, y mandarnos palabras y cariños electrónicos alcanza? ¿O es que vemos comercio hasta debajo de las piedras, y hasta este día “sagrado” –tal vez el único que realmente merezca el mote– ha caído en la misma bolsa?

Al día del amigo le corresponde júbilo. Compartir un rato, aunque más no sea al teléfono, con la gente que ha llenado la vida debería poder alegrarnos.

Feliz día, mis amigos.

Como decía el poeta: “Que no decaiga”

Y que no se corte




sábado, junio 16, 2007

Objetivo

Noche cerrada y fría de Buenos Aires. La humedad se condensa en el ventanal de su oficina. El río refleja la luz de la luna llena, pero él es inconsciente de todo ello, abstraído frente a su monitor. La música de fondo resuena sólo en los escasos instantes en que se deja de oir el repiquetear de las teclas, cuando se detiene a considerar.

Como ésta son ya cinco noches de constante trabajo; pero a él no le interesa. Tiene un objetivo y lo quiere cumplir.

Durante sus horas en el trabajo, no hace otra cosa más que pensar en ello. Considera y evalúa variantes a los problemas que se le fueron presentando la noche anterior; se abstrae de cada solución para ver un todo e intentar evitar aunque más no sean algunas de las situaciones que se le presentarán esta noche.

Mientras no está frente a su monitor, las horas se hacen interminables. Su objetivo es más importante que cualquier tarea mundana que se hubiera comprometido a realizar. Es lo único importante.

El problema: no sabe cuál es su objetivo. La casualidad lo puso frente a una pista, y curioso como es, no tuvo más opción que seguirla. Cada vez que se acerca a un posible desenlace, nuevas posibilidades se abren, y debe recorrerlas todas.

Pero hoy es diferente. Esta noche hay una sensación nueva en el ambiente. Esta noche lo va a saber qué se le puso en el camino.

-¿Está seguro de que desea continuar?- cita la leyenda. Ok.

Durante la espera, los segundos se le hacen horas. La música parece no sonar.


Alguien golpea en su puerta.

domingo, mayo 27, 2007

Acción en el elevador


La Dessert Party fue todo un éxito. Para los que no sepan de qué estoy hablando, tendrán que volver a este mismo blog en algún otro momento, porque no es el tema que nos compete hoy.

Tras una frugal -o no tanto- cena, la mitad del grupo se fue directamente a lo de Fran mientras que la otra mitad íbamos a buscar a Guada y Nancy (la chata de Jr).

Durante el trayecto de cinco cuadras, y a raíz de no sé qué conversación… Perdón por el hiato, pero algunos estarán acostumbrados a que transcriba situaciones textualmente; con la siguiente frase entenderán por qué necesité de toda la memoria posible para lo siguiente. Como les decía, a raíz de no-sé-qué-conversación, Guada dice -mirando a Sab-: Es que ya estoy acostumbrada a estas FIESTAS EXPRESS. Después trató de corregirse aludiendo que había dicho Siestas express, pero mi libido y yo sabíamos que era todo mentira.

Evitando el hecho de que nos tuvieran esperando en la puerta y después nos hicieran ir a comprar la bebida, paso a detallar el asunto que me obligó a dejar el retiro autoimpuesto.

Llegamos a lo de Fran y vimos a Yami, Gloria, Agus, Emi y diez botellas de cerveza subiendo al ascensor. Guada, Mica, Sab, Junior y un servidor nos quedamos esperando a que bajara. Subimos al mismo. Como siempre caballero, me subo último dejando pasar a las damas primero. Presiono el botón correspondiente al piso de la casa donde se hallaban las cervezas. El ascensor se detiene, pero por alguna razón hubo algo que no me sonó bien. Al abrir la puerta para bajar descubrí qué era: estábamos a mitad de camino entre el primero y segundo piso. Eso no hubiera sido tanto problema si no fuera porque a Mica le dio un principio de ataque claustrofóbico. Cerrar la puerta, apretar botones, abrir la puerta, ver una y otra vez el cartel que citaba “Máximo tres personas” y putear. La gente que estaba arriba intentaba decirnos qué hacer, pero dentro del ascensor sólo se escuchaba el inhalar-exhalar constante de Mica y los infructuosos intentos de Guadi y Sab para mantenerla calmada, a lo que nuestra esquizofrénica favorita respondía con accesos de risa. Mientras tanto, Gloria decía cosas como “¿Hola?” a lo que le respondía “Sí, acá estamos”; o el ‘Glorioso’ “Ya vengo”, a lo que -a esa altura- no pude responderle otra cosa que “Sí, sí, no nos vamos a ir”.

Finalmente pudimos descender, sólo para encontrarnos con un espectáculo aún peor: ahora estábamos entre la planta baja y el subsuelo (de haberlo; nunca lo averigüé). La srita. Ranea ya se estaba acercando peligrosamente su límite de control; desafortunadamente se estaba acercando por el lado contrario… Cuando me quiero dar cuenta, se escucha un sollozo, Guadi y Sab intentando consolar el principio de llanto y yo colgándome del reborde de la puerta para ver si alcanzaba a liberar el pestillo de la puerta (sin éxito, cabe aclarar). Curiosamente, el mejor método para calmar a la Mica fue

Sab: Concentrate. Pensá que estás en un parcial.

Jr: ¡Pensá en una integral!

Sab: ¡No, justo una integral no!

Jr: ¡No, no, no! Mejor ¿Cuántas bolitas podes poner…?

Tras intentos tanto míos como de Junior para salir, Fran termina llamando al portero. Tras un par de deliberaciones externas de las que no tuvimos participación alguna, se acerca el portero y, con su mejor voz de la reputísima madre que los re parió ¿Por qué los pelotudos se develan a la 1 de la mañana?, pregunta “¿Cuántos son ahí?”. Ante nuestra honesta respuesta, comenta con cierta irritación -por sobre el estado antes mencionado- “¿No saben leer? ¿Viven todos en el monte?”, a lo que uno debe tragar rabia y evitar romper la puerta para agarrarlo del cogote (más allá de que tenga razón en estar enojado).

Se va. Siguen las discusiones por fuera del habitáculo, que más que un ascensor ya era un hogar. Mica sigue respirando profundamente con sus ojos cerrados. En eso viene Fran y nos anuncia que van a cortar la luz. Mica sigue respirando, pero para decir no-recuerdo-qué-cosa, los abre, a lo que inmediatamente le recuerdo que debe mantener los ojos cerrados por el temita de la pronta ausencia repentina de luz.

Para agravar la situación, en un momento comienzo a sentir un leve temblor en el piso. Automáticamente pienso Que Mica no lo haya sentido, que Mica no lo haya sentido, por lo que, cuando ella comenzó a decir “¿Se está moviendo el pi…?” “¡No!” atiné a decirle antes que terminara la oración.

Junior le comenta a Ranea que está muy abrigada y pasa a ayudarla a sacarse la bufanda. “Mica, sacate el pulóver” dice con su acento cordobés, aunque sus obvias intenciones de hacer una orgía en el ascensor son cohartadas por las tres damas, pues Mica no estaba para esos trotes y Guadi venía de una de sus antedichas Fiestas Express -junto a Sab, aparentemente- y no estaba lista para otra. “¡No! ¡Vamos a terminar todos en pelotas!”. Ni lento ni perezoso, Junior acota “¡Bueno! Me saco el jean… ¡Me saco el jean y hago la coctelera en bolas!”. Horrorizándome ante la posibilidad del bamboleo nudista, lo dirijo a otra esquina del ascensor -se me complicaba mandarlo más lejos-; prefería que las señoritas disfrutaran de ello y, llegado el caso, adoptaran la idea de sacarse los pantalones. Pero no. Mi plan maquiavélico fue arruinado por la sureña proveniente de la no-isla quien cortó inmediatamente “¡No, no! Te quedás ahí… ¡Y hacés cucharita con Bestia!”. ¿Quieren saber cómo siguió la situación? Haber estado ahí adentro.

Como si faltaran condimentos al asunto, los jóvenes inconscientes no tienen mejor idea que ponerse a hacer un video explicativo de la situación. Cuando se siente un temblor severo en el ascensor, la cara de Jr -la estrella del video- tiene una profunda transformación. Se los describiría, pero un video vale más que mil palabras; y son las tres de la mañana.

Y acá termina el relato de nuestras desventuras en el ascensor. Debemos lamentar una única víctima: mi ropa. Verán, cuando tiré el brazo para tratar de hacer zafar el pestillo, desesperado como estaba por el estado de la Mica, no me di cuenta de que estaba todo engrasado. Mi campera clarita y mi buzo amarillo se vieron muy afectados. Esa ropa era nueva. Nueva. Que saqué en cuotas. Y QUE TODAVÍA NO EMPECÉ A PAGAR.



Versión completa del video desde otro ángulo

viernes, mayo 11, 2007

Días del Futuro Pasado



Mañana fresca y húmeda de sábado. Tras semanas de estudiar las alternativas, finalmente se nos iba a dar un pantallaza del futuro.

A diferencia de la entrega anterior, en esta ocasión el gurú debió ausentarse por causas de fuerza mayor, por lo que en la terminal Retiro del subte C esperaba a dos de mis compañeros de aventuras. Cuando Pablo y Pedro (sponsor oficial de Pablo) aparecieron finalmente, emprendimos el viaje al Bauen.

Ya en el hotel nos encontramos con el último integrante de la travesía: Marquete, famoso por haber instaurado la Magia en su aldea original de Necochea.

Esta vez veníamos preparados. Ya no éramos los inocentes primerizos de la última vez. Habíamos hecho nuestra tarea y averiguado las distintas posibilidades que el futuro nos podría deparar. Estábamos equipados con conocimiento. Sólo quedaba esperar para ver qué nos vendría en suerte.

En principio nos dividieron en grupos. Quedamos casi todos separados, salvo por Marquete y yo, que terminamos en la misma bolsa.

En el interín nos cruzamos con el Ruso y Marcos, dos amigos que también participaban en esta competencia de hechiceros. Y, de yapa, se nos ofrecían hechizos al azar a precios irrisorios. Con Pedro accedimos y obtuve, como recompensa, un Extirpate. Antes de comenzar nos encontramos también a Maxi, aunque en esta ocasión no participaba del evento.

Al momento de comenzar, fuimos conducidos a nuestros lugares, donde se nos dieron los hechizos con los que dispondríamos. Mis conocimientos previos me hicieron ve que no había más posibilidad que armar una biblioteca de hechizos donde la fuerza arrolladora de la magia verde se vería reforzada por el orden estricto que la los elementos de magia blanca dan, acompañados en menor medida por las confabulaciones e intrigas para obtener mayores conocimientos como sólo la magia azul sabe hacer. Afuera quedaron la brutalidad roja y el nihilismo negro; no por cuestiones éticas sino porque carecían de buenos hechizos para acompañar a la bomba que salió en suerte.

Pedro, por su parte, se vio bastante beneficiado con hechizos como Bogardan Hellkite y Shadowmage Infiltrator, por lo que agradecí no estar en su mismo grupo. Por otro lado, en una especie de Show & Tell, le mostré mi Spectral Force a Marquete, quien reconoció tener un Psionic Blast.

Las primeras dos rondas fueron bastante rápidas, debo decir. La biblioteca era bastante sólida. Conseguí un 2-0 y un 2-1 sin transpirar ni una gota. Con seis puntos en mi haber, los malhadados jueces no tuvieron mejor idea que realizar un duelo de titanes haciéndome competir con Marquete. 2-2 fue el resultado final; 2-1 a favor del necocheño fue lo que le dijimos a los jueces, así que ahora relataré brevemente por qué el dispar resultado.

Primer partido, quedamos 4 (él) a 2 (yo) por un Infiltrator il-Kor con Unstable Mutation y me remata con su Psionic Blast. La pregunta de la noche: “¿Empate entonces?”. No sé si sería el sueño o algún hechizo extra que me haya hecho decir eso, pero hacía tiempo que no me sentía tan idiota.

Segundo partido, una vez que la Spectral Force está en el campo de batalla, poco se puede hacer al respecto.

Tercer partido. Tenía la mano casi perfecta. Muchos 2-drops; pero sólo una tierra (de ahí el casi). Estuve screwed durante un par de turnos hasta que Marquete, haciendo muestra de su habitual humildad, me ofrece comenzar nuevamente dado que sobraba tiempo. Acepto con la condición de que pasemos el 2-1 para él (humildad muy raras veces vista en mí).

Cuarto partido, trabado hasta la médula, pero mi abundancia de criaturas voladoras terminaron el trabajo, dando el empate final.

De ahí en más fue cuesta abajo. No conseguí ganar un partido más, en parte por el efecto psicológico que tuvo la derrota anterior.

Nadie puede entender por qué, pero Pedro también perdió. En un momento pensó en cambiar sus hechizos negros por blancos, de forma tal de poder invocar al Angel of Salvation, pero mi ignorancia hacia parte del hechizo hizo que le recomendara no hacerlo.

Pablo perdió a pesar de tener una muy buena colección de hechizos basada en Jhoira y suspend, pero ganó experiencia, y eso vale mucho.

Marquete quedó 9no, obteniendo un pequeño premio consuelo, que se negó a mostrarnos...

La competencia nos mostró variantes de posibles futuros. ¿Cuáles se harán realidad?


martes, abril 24, 2007

¡Unza, Unza!



+



=

¡WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!

martes, abril 17, 2007

Se lo dedicamo’a Luca que lo mira desde el Cielo

Tras dos años y medio, el Quilmes Rock se hizo presente nuevamente. Y al igual que en aquel lejano 2003, fue el Club Atlético River Plate el anfitrión; pero a diferencia de la entrega anterior, se usó el estadio y no la cancha auxiliar. Sí, hay mucha gente con plata.

La velada comenzó con Bad Religion. Más allá del hecho de que con Fry llegamos tarde por motivos que no vienen al caso, fue espectacular. En quince minutos tocaron lo que A77aque no tocó en su vida (mucho menos en la siguiente parte del recital). Toda la potencia en cada tema, de no más de minuto y medio cada uno. Si nunca lo escucharon, sepan que yo tampoco hasta ese momento, pero de todas maneras, shame on you.

A77aque apesta. No hacen música ni hacen punk. Temas demasiado largos, letras completamente faltas de poesía. Necesitan dos guitarristas para tocar dos acordes cada uno, porque más no saben. Con la presencia estelar de Jimmy Fallon en el bajo.
Si alguno se pregunta por qué digo lo de la falta de poesía, calculo que la siguiente conversación tuvo lugar durante la sesión “creativa”:

- Uh, somos re progres. Digámosle a todo el mundo que se meta un transatlántico en el orto.
- Pero no lo podemos poner así
- Somos A77aque. Llevamos veinte años haciendo lo mismo. Tenemos que arruinar nuevas generaciones de borregos de 14 años.
- Tenés razón. Digámosle también que se cojan un erizo de mar.

De hecho, de toda esa laaaarga hora sólo canté un tema: la Colina de la Vida ¡Y ni siquiera era de ellos!

Por suerte el suplicio terminó y con el Fry de la gente nos mandamos para adelante antes de la presentación de la mítica mitad más loca de Sumo: Las Pelotas.
Para los que no lo sepan, estar adelante implica falta de oxígeno, mucho sudor ajeno, moretones, pisotones y calor, mucho, mucho calor. Nunca voy a entender como alguien puede verse atraído por algo así. Mucho menos por qué YO puedo verme atraído por algo así. Pero ahí estaba, aullando las letras que conocía (Capitán América, bah), saltando, intentando no caerme. Divirtiéndome, en síntesis. Tocaron clásicos propios y de Sumo. Todo lo que cualquiera puede esperar de semejante banda.

Cabe destacarse el intermedio en el que pasaron temas de Ozzy Osbourne, Rage Against the Machine y… Bueno, no recuerdo quién más, pero alguien más había dando vueltas.

Catupecu dio un espectáculo digno de su renombre, aunque con la emotividad del caso. Presencié el espectáculo por primera vez en el Quilmes Rock 2003 y faltaba un tercio de la potencia en esta ocasión. Sí, la ausencia de Gabriel se hacía notar. Con la presencia de bajistas invitados nos hicieron saltar con temas como Dale y Y lo que quiero es que pises sin el suelo, pero Fernando nos emocionó a todos ejecutando un solazo con el bajo de Gabriel, mientras en la pantalla se lo mostraba a este último tocando ese mismo instrumento, haciendo sonar ese mismo solo.
Y si con eso no alcanzaba, uno de los bajistas invitados fue el mítico Zeta Bosio, bajista de Soda Stereo. Por segunda vez en la historia, Persiana Americana sonaba en el estadio River Plate; y mierda que sonó.

Tras la salida de Catupecu quedamos todos a la espera. El espectáculo principal se avecinaba. La otra mitad de Sumo se cerraba nuevamente un día del Quilmes Rock: Divididos se presentaba ante nosotros. La aplanadora del rock & roll dio un espectáculo impresionante, con Mollo tocando la guitarra al revés y usando una zapatilla como púa; Arnedo haciendo lo que sabe hacer: ser el rey del bajo; y Ciavarella mostró que aún con una mano lesionada se puede romper la batería. El set del grupo terminó con una seguidilla de pogos: Aladelta + El 38 + Cielito Lindo = Wiiii.

Y entonces sucedió lo que todos anhelábamos: Al dar los primeros acordes de Crua Chan, Daffunchio y Sokol vinieron al escenario. Pero eso no fue todo: Aparecieron de la nada Petinatto y Superman Troglio. Sumo, la mítica banda argentina que todos adoramos pero la mayoría éramos demasiado jóvenes al momento de su disolución, se presentaba ante nosotros. Y ese fue el gran cierre gran de la noche. Todos apretados, cantando -aunque no saltando porque no había lugar porque TOOOODO el estadio estaba amontonado adelante- Crua Chan y Divididos por la felicidad.

Un Mañana en el Abasto habría estado bueno para amansar a las fieras, pero todo no se puede, vio.







Un detalle curioso: durante toda la parte en que fuimos adelante, Fry y yo fuimos separados por el pogo. Sin embargo, una fuerza misteriosa hacía que al final de cada número ambos termináramos en EXACTAMENTE el mismo lugar donde empezamos.
¡Tomen eso, X-Files!

sábado, abril 07, 2007

Juan

Hoy iba a hablarles de la historia de las islas Malvinas, del desinterés por tomar posesión de ellas (que lo haga otro es el lema nacional), de Vernet, su destitución a manos inglesas, la sublevación de Rivero y la desgana porteña de enviar refuerzos hasta casi 150 años después (es que eran más lentas las vías de comunicación). Pero en lugar de eso, prefiero transcribirles este relato que me contaron hace unas semanas.


Déjenme contarles la historia de Juan, un chico que Vicente López, nacido el 18 de diciembre de 1963.

“De afuera” vio la presidencia de Illia y el golpe de Onganía. Su primer año en la escuela primaria lo recibió con el Cordobazo y la posterior Noche de los Bastones Largos. Definitivamente, no era buena época para andar estudiando, pero un chico de seis años suele absorber las preocupaciones de los padres más que entenderlas.

El asesinato de Aramburu siguió los acontecimientos. Los enfrentamientos armados entre la guerrilla socialista-peronista (ironías al margen) y las fuerzas armadas que lideraban al país eran cosa de -casi- todos los días.

En una suerte de suicidio ante el pueblo, ocurre la Masacre de Trelew. Levingston, presidente de facto en aquellas épocas, se vio obligado a cumplir lo que había prometido cuando asumió.

Finalmente en el ’73, Juan pudo presenciar algo único -y que iba a tardar diez años en repetirse-: elecciones democráticas. Despuntando nueve años de vida, no entendía por qué sus padres se habían levantado temprano y lo habían llevado a su colegio un domingo. Clara, su madre, profesora de historia en el mismo colegio graduada del instituto Joaquín V. González, le explicó que había que elegir gobernantes. Le enseñó el significado de democracia y que, si bien pudiera no ganar quien uno elegía, si decidía no ir, perdía el derecho a réplica.

La asunción y renuncia de Cámpora dio lugar al regreso de Perón luego de 18 años. Tanto Clara como Carlos -padre de Juan- eran antiperonistas de pura cepa: la primera una profesora perseguida durante las presidencias de Perón; el otro, banquero ligado a intereses internacionales. Esta aclaración viene a cuenta de que ellos no fueron partícipes ni testigos de los acontecimientos de Ezeiza más allá de lo que las radiodifusoras transmitían a través del éter.

Pero un año después el presidente muere y asume la conducción del país la vicepresidente de los argentinos: María Estela Martínez de Perón.

Comienza una guerra de guerrillas encubierta, entre las antes mencionadas facciones de jóvenes socialistas -ya no tan peronistas- y una fuerza comando cuasi oficial llamada la Alianza Anticomunista Argentina.

Días después del último cumpleaños que tuviera como alumno de primario -o el primero como alumno de secundario, como prefieran verlo- se suceden los hechos de Monte Chingolo, donde el ERP queda diezmado y prácticamente desarticulado.

La situación es insostenible. Juan ve renegar a sus padres contra los distintos ministros de economía y sus planes de ajuste, así como con los vencimientos de los servicios. Así como sus padres, mucha gente más estaba con preocupaciones similares. Flotaba en el ambiente local un aire de “si la Sra. Presidente dejara de presidir, no nos ofendemos”.

24 de marzo de 1976, comunicado Nº 1. La junta militar conformada por Videla, Massera y Agosti tomó control del gobierno para dar comienzo al Proceso de Reorganización Nacional, nombre que da a entender que no estaban conformes con la situación actual. Sin embargo, parece ser que por sitaución actual se referían a otra cosa.

La noche misma del 24 ya se empezaba a escuchar una cacofonía que se terminaría haciendo cotidiana: el ruido de un Ford Falcon llegando; golpes y patadas a las puertas; gritos y zarandeos; el ruido de un Ford Falcon yéndose; el llanto de una madre.

¿Qué puede estar pasando? El primer año de secundaria y ya se encontraba con una población bastante reducida, principalmente en los años superiores. Cuando les preguntaba a sus padres, Carlos se limitaba a cortar por lo sano con un somero algo habrán hecho.

Pasaron los años. Juan jugaba al rugby, comenzó a salir con Sabrina, estudiaba mucho para no llevarse ninguna materia. Sabía que mientras siguiera los preceptos de sus padres, no iba a verse envuelto entre subversivos. Creció para ser un chico bastante pintón de pelo morocho y ojos claros, por lo que la “portación de cara” tampoco era su problema.

Más allá de los macabros relatos que algunos pobres diablos contaban, el Proceso no hizo otra cosa más que traer dicha. La plata dulce, la apertura al capital extranjero ayudó al crecimiento de su familia. Las fábricas que cerraban eran culpables de su suerte por no haber aprovechado los años de proteccionismo para obtener un nivel competitivo. Y los obreros que protestaban tendrían que estar laburando para ganarse el pan en vez de protestar para ganar más.

Hasta salimos campeones del mundo durante el Proceso. Juan nunca entendió por qué estos disconformes de siempre tenían que seguir arruinando la fiesta con sus mentiras. Que se cometían atrocidades en la ESMA; que la supresión de los derechos humanos; y demás patrañas infundadas.

En el año ’81, el Tte. Gral. Videla cumple su mandato y es sucedido por Roberto Viola. Sin embargo, junto con el fatídico sorteo para entrar al Servicio Militar Obligatorio, Viola era destituido de sus funciones y tomaba su lugar Leopoldo Fortunato Galtieri.

Juan salió “favorecido” con el sorteo: le tocaba ir a la colimba. Carlos no podía estar menos que feliz, pero Clara tenía las preocupaciones a flor de piel. Y no estaban de más esos miedos…

Durante sus arduos meses de entrenamiento, soportando a un sargento que lo sometió a las peores humillaciones en pos de proteger a la patria, corría el rumor de ir a guerra. Teniendo “la manzana rodeada” de dictaduras, el destino podía ser cualquiera. A fines de marzo comenzaron los preparativos: Iban a las Islas Malvinas. A ese inhóspito paraje del lejano sur que pasó de, desde su descubrimiento, mano en mano hasta finalmente quedar en posesión -ilegítima- de Gran Bretaña.

Pero pasaron los días y él sólo recibía las mismas noticias que todo el mundo: Las Malvinas son nuestras; Vamos ganando. Para el 15 de abril, Juan creía que la guerra estaba terminada y que no iba a llegar a ver combate. El 30 de abril se sube a un Hércules de la Fuerza Aérea con rumbo a Río Grande y el 2 de mayo, mientras se entera del hundimiento del ARA General Belgrano, es embarcado hacia la Bahía Fox, en Isla Soledad.

Desembarca. Sus sentidos tardan en adaptarse al frío que hiela los huesos y al fragor del combate. Escucha los gritos de sus hermanos soldados y las balas enemigas. Ve los ojos de un soldado inglés.

Siente una sensación de dolor indescriptible en la cara. Y no siente nada más.



Los personajes son ficticios. Cualquier semejanza con la realidad es pura coincidencia.

viernes, marzo 30, 2007

La suma de las partes

Jueves 29, 21.40, ND/Ateneo. Las luces se apagan y comienzan a sonar acordes conocidos. Se levanta el telón y ahí están: Pedro Aznar y David Lebón. La mitad de Serú Girán, virtuosos instrumentistas.

Tocaron un repertorio variado, de temas propios, de la banda, nuevos (¡Sí, nuevos!) y covers clásicos.

Para los que no lo sepan, Serú Girán es mi banda favorita por sobre todas. Siempre la consideré como un hito musical, tanto nacional como internacional, por la forma única de interacción e integración de los varios estilos de sus miembros: el clásico barroco de Charly, el R&B de Lebón y el Jazz de Pedro, todos centrados magistralmente por los palazos del Moro.

El encuentro que presencié fue sublime en varios sentidos: Además de ver en vivo lo más cerca que voy a estar de ver a Serú Girán -pues tras la muerte de Moro el año pasado, mis esperanzas se fueron al tacho-, sirvió para ver el progreso de ambos músicos en los últimos 15 años (desde la última reunión de Serú); así como para realizar un análisis más profundo de la formación del mítico grupo.

Durante la época de gloria de la “nueva banda de Charly” la formación estaba dada por:

  • Charly García: teclados – voces
  • David Lebón: guitarra – voz principal
  • Pedro Aznar: bajo
  • Oscar Moro: batería

Si bien casi todos ellos componían, lo cierto es que Charly era el gran motor creativo de la banda. Digan lo que quieran sobre su actualidad, pero no renieguen su genial pasado. En el ’82 Pedro deja la banda para formar parte de la Pat Metheny’s Band y estudiar música en Berklee. De ahí en más, cada uno siguió su propia carrera solista.

Durante el pasado recital, la mayoría de los temas eran propios o de Serú ’92, disco que la banda editara en su reencuentro en el... Bueno, se imaginarán de qué año será el disco. Los temas solistas identificaban claramente el origen y rumbo de cada uno de los artistas: Pedro, con un perfil jazzero pero aún así popular; y David con un espíritu muy blusero.

Serú ’92 me trae una gran dicotomía, porque es excelente musicalmente, pero le falta la profundidad de los primeros cuatro discos. Son canciones directas, faltas de poesía.

Mientras las canciones pasaban, rogaba que tocaran algo del Serú clásico. Joyas modernas como A cada hombre cada mujer, Mundo agradable y Amor de juventud resonaron junto a Casa de arañas, Fotos de Tokio, Mientes, Ya no hay forma de pedir perdón (Sorry seems to be the hardest word) y los temas recientemente estrenados, además de alguna que otra anécdota que mezclaba las viejas épocas con los últimos meses.

Pero había una canción que no ejecutaban y yo me estaba desesperando. Me refiero a Noche de Perros, tema del álbum La grasa de las capitales en el que por primera vez se ve que no se trata sólo de la “nueva bandita de Charly”*, sino que cada integrante tenía su propio estilo, forma de tocar y ganas de hacer música. El tema incluye un impecable fondo de bajo fretless, solos de guitarra y compases de batería. ¿El teclado? Bien, gracias. Suena un poquito al principio, un poquito al final y no más.

El recital tuvo su primer final (vamos, todos sabemos que los artistas se van, toman algo y vuelven, pero en el medio hay que aplaudir mucho) y, cuando volvieron, comenzó a sonar ese grandioso tema.

Ya está- me dije. En dos semanas vi a Roger Waters, Victor Wooten y este recital. El mundo puede explotar, que yo seré una bola de fuego feliz.

Luego un pequeño set acústico y finalizaron con Seminare, himno adolescente por excelencia que básicamente dice que las mujeres son todas jodidas y no hay *nada* que les venga bien. ¿No me creen?

Te doy pan, quieres sal
Nena nunca te voy a dar
Lo que me pides.
Te doy Dios
Quieres más
¿Es que nunca comprenderás a un pobre pibe?

A esta belleza musical la he escuchado tantas veces en los últimos años que hoy en día sólo la disfruto en estas ocasiones, donde estoy rodeado de gente, aullando la letra a viva voz.

*Desde ya, Charly quiso demostrar que él también sabe tocar y compuso Desarma y sangra que se editó en Bicicletas.

Ahora bien, el análisis al que me refería antes:

He ido a recitales de Charly. He escuchado temas clásicos de Serú interpretados por su banda y cantados en lo que le queda de voz. No es lo mismo, así como el este último recital tampoco lo es. Ambas versiones son excelentes, pero les falta un cierto... Algo.

Serú Girán estaba compuesto por músicos excelentes, pero era mucho, mucho más que la suma de sus partes. Era un todo que funcionaba en armonía y tenía una fuerza creativa impresionante.

Si alguien tiene la oportunidad, vaya y vea a este dúo excepcional. Es una experiencia conmovedora y musicalmente gratificante.



sábado, marzo 24, 2007

viernes, marzo 23, 2007

Música de la hostia, fuego y un cerdo volador. ¿Qué más se puede pedir?

Para los que no lo sepan, Roger Waters se presentó por segunda vez en la Argentina el 17 de marzo de 2007. Dada mi ausencia en el 2002 -porque a) no era el momento de mejor pasar económico de la flia; y b) porque no me interesaba tanto en aquella época- me apersoné al instante en la boletería y puse los $135 que costó la entrada a campo (Ticketek y la concha de tu madre).



Para hacer más ameno este -LARGO- relato, decidí mandarlo en cuotas inversas, cosa de que lo más nuevo sea de hecho lo primero que hay que leer. ¿Por qué? Porque soy un histérico jodido.



Llegué primero (probablemente porque soy el que vive más cerca) y de a poco fui viendo a los demás llegar. Jime y Mati junto al padre de este último fueron los primeros en arribar. Mientras avanzábamos hacia el estadio, escuchábamos a los vendedores ambulantes que ofrecían remeras, afiches, binoculares, etc. En un momento de silencio entre nosotros, nos entramos a cagar de risa, mirándonos el uno al otro y preguntándonos si todos habíamos escuchado bien. Uno de los vendedores, en una movida publicitaria sin precedente por lo arriesgada e imaginativa, hacía sus ofrecimientos a la voz de “remeras, LSD” y “remeras, ácidos, otras cosas”.


Finalmente cayeron Marco y Jime. Adentro del estadio nos encontramos con Seba y demases (no, no me acuerdo los nombres).

Bueno, basta de cháchara. Vamos a lo importante.







QUÉ SHOW DE LA HOSTIA

Para los que no lo conozcan, por favor avisen así voy y los cago a trompadas. Roger Waters es el bajista y compositor de la legendaria banda de rock sinfónico / conceptual Pink Floyd. La banda nació en el ’67 de la mano de Syd Barret. Haciendo un paréntesis, y en un servicio a los lectores, me veo en la obligación de aclarar que:

a) Tocarse no produce embarazo, así que no se preocupen.

b) Embarazar a una mina no va a hacer que tengan una banda de la hostia.


En el ’85, tras diferencias creativas, el maestro decide dejar a sus compañeros, aunque la banda no se disolvió. Pero esa es historia para otro momento.


Puntualmente, a las 22 (22:05, pero se lo dejamos pasar por el cambio horario) bajaron las luces y comenzó a sonar In the Flesh?, tema de apertura de la magnánima obra The Wall. Ya con lágrimas en los ojos, noté algo muy particular: sonaba por todos lados. No es que la cancha tuviera buena acústica ni nada de eso, sino que HABÍA SONIDO ENVOLVENTE. Y cómo se notaba... No era raro escuchar una conversación a un costado y, al girar para putear al que estuviera al lado hablando en un momento tan sublime, darse cuenta de que en realidad era parte de alguna de las canciones.

Siguió la noche con Mother, y el público estaba exultante. Se notó que somos cabezas por cómo sonó al unísono el Mother do you think they’ll try to break my balls?.


A continuación, un tema desconocido para quien les escribe. Sepan disculpar mi ignorancia, pero de lo pre-Meddle escuché muy poco, por lo que costó identificar Set the Controls for the Heart of the Sun. El tema calmó al público (tiene una suerte de efecto tranquilizante), antes de tirar la siguiente bomba.


El público en silencio, la pantalla de fondo negra, con pequeñas luces haciendo a las veces de nieve, y de fondo se empieza a escuchar el efecto de campanillas que anuncia el inicio del tema que con el que Pink Floyd terminó de separar sus lazos artísticos con su fundador:








Y el público enloqueció. En lo que ya era un despliegue musical sublime, Waters dobló la apuesta interpretando con su excelente banda algunos de los temas más queridos en esta tierra argentina.

Siguiendo con el setlist de la placa Wish you were here, el amigo Roger tocó Have a cigar, seguido luego -y tal y como todos queríamos- por el estandarte de Floyd aquí en la Argentina: Wish you were here (porque todos tendremos una remera de Dark Side of the Moon, pero cantamos muchas más veces Wish you were here que Brain Damage).

Y entonces sucedió algo que, en lo personal, no me esperaba bajo ningún punto de vista: interpretó temas de The Final Cut, último álbum de Pink Floyd que contara con su participación y en el que se le pega a Margaret Tatcher (Primer Ministro de Gran bretaña por aquellas épocas) por la guerra de las Malvinas. Southampton dock, donde la letra hace clara alusión a las fuerzas británicas partiendo hacia las Malvinas; acompañada por The Fletcher memorial home (for incurable tyrants and kings).

Lo siguió el segmento ególatra, donde se interpretaron dos temazos de su carrera solista: Perfect Senses (I & II) y Leaving Beirut. Al oirlos se nota dónde se encontraba la fibra creativa trascendental de Pink Floyd, así como la bella brutalidad de muchas de sus composiciones. No me malinterpreten: A momentary lapse of reason y The division bell son dos discos excelentes en todo sentido, pero se nota la ausencia de la potencia y creatividad de Waters.







Con este tema de Animals se terminó la primera parte del recital, pero no sin antes darnos un momento impresionante: un cerdo demagogo volador esquivando bolas de fuego. No, no estaba drogado. El cerdo inflable rosa que durante años acompañó las giras de Pink Floyd dio el presente en este recital, y además de las dos frases típicas (Miedo levanta paredes y Corte aquí, en el derriere y cuello del puerco, respectivamente), estaba completamente pintarrajeado de frases que tenían más un tinte demagógico que otra cosa (Nunca más, Aparición con vida de Julio López, Encarcelen a Bush antes que nos destruya a todos, etc). A los lados del escenario salían cada tanto durante este tema, bolas de fuego. Sí, como leyiste: BOLAS DE FUEGO. Impresionante.

Al finalizar la canción, Roger avisó que se tomaban unos 15’ de descanso y luego volvían para el espectáculo principal.






Parte 1 | Parte 2 | Parte 3

The Dark Side of the Moon

A los 14 minutos se volvieron a apagar las luces y la excitación tomó tintes románticos en el ambiente.

Antes de seguir, una aclaración. Cuando empecé a escribir este párrafo me di cuenta de una verdad ineludible: The Dark Side of the Moon es indescriptible. No importa cuánto lo intente, no salen palabras siquiera aproximadas a lo que esas canciones me hacen sentir. Espero que disfruten este relato, porque probablemente sea lo que los lingüistas británicos llamarían “a bunch of mumbo-jumbo”.

Comenzaron a sonar los sonidos que componen Speak to me (pista con que se abre el álbum), y, acompañando los alaridos finales, el aplauso y emoción del público se hicieron presentes para despedir la apertura y celebrar el comienzo de Breathe. No sé si fue la emoción de ver que lo más cerca que iba a estar de presenciar este espectáculo en vivo no fue con las versiones que Easy Star All-Star presentó el año pasado, pero mis ya saturados lagrimales no dieron abasto.

La psicodelia de las imágenes que pasaban en On the run (un circulo con imágenes en colores cálidos a toda velocidad), sumada a las variaciones que hicieron lo tornaron en una experiencia psicodélica de primer orden. No hacía falta estar drogado para poder apreciar ese espectáculo en toda su magnitud.

Y pasada la gran apertura gran, se escucharon las campanas de los relojes, indicando que Time comenzaba a sonar. Para alegría de todo aquel que poseyera un bajo, mostraron uno de los secretos mejor guardados de la mítica agrupación británica: ¿Cómo se hacía el efecto del segundero mientras Mason le daba con todo lo que tenía a la batería? ¡Simple! Tal y como mostró el maestro cuando enfocaron sólo sus manos, silencia las cuerdas en la base del diapazón y hace sonar la segunda y tercera. Y digo que es uno de los secretos mejor guardados porque TODO EL MUNDO largó un “mirá cómo lo hacía” al unísono. Tal vez les parezca una tontería, pero no se dan una idea de lo emocionante que puede ser que a un n00b le salga como a Roger Waters, aunque sea algo tan nimio.

El final de Time dio lugar al sólo de piano y la famosa frase And I’m not frightened of dying. Any time will do, I don’t mind. Why should I be frightened of dying? There’s no reason for it, you’ve gotta go sometime. con que se inicia The Great Gig in the Sky. Antes de entrar al recital me preguntaba cuántos desubicados habríamos que de hecho aullaríamos durante este tema. Afortunadamente fueron pocos los irrespetuosos, y hasta yo me di cuenta de que hay cosas que fuera de casa -o de molestar a algún amigo- son sacrilegio. Desafortunadamente un flaco atrás mío no lo supo ver de esa manera en principio, pero al verse solo en su cruzada y, sobre todo, al ver que más de uno ya había(mos) mirado para atrás con ganas de hacerlo toser sangre, desistió.





I never said I was frightened of dying.



Y entró en escena el patito feo del disco. Money es un tema que desentona taaaanto con la onda del disco que me resultaría chocante si no fuera tan bueno. Sepan entenderme, soy nuevo en esto de Pink Floyd, y mucho más aún con este álbum, pero hace aproximadamente un año conseguí ver la verdad de la milanesa: The Dark Side of the Moon es un álbum progresivo, pero no sólo porque hablamos de música progresiva, sino porque el disco sería un gran tema de 45’ que va cambiando suavemente de compases. Money está justo en el medio, y hace que no termine de cerrar del todo esa obra. Sí, podría dividir todo en tres partes –Speak to me a The great gig in the sky | Money | Us and them a Eclipse–, pero… Bueno, basta de huevadas.

¡Ah! Tal y como lo había predicho, somos tan cabezas que hicimos pogo en este tema.

Us and them fue el tema que más tardé en digerir de este álbum. Será por la onda tranqui que trae después de Money o qué se yo. Hoy por hoy lo tengo de antesala a Any colour you like que, dicho sea de paso, tuvo un despliegue musical impresionante. Tanto fue así que a mitad de la presentación de ambos temas bajaron un proyector de lásers que formaba las aristas del prisma tapa del disco.

Los que hayan llegado a esta parte probablemente no recuerden algo que mencioné bien al principio. Me refiero al sonido envolvente. Ahora les pido que recuerden el tema Brain Damage e imaginen las risas del Lunatic resonando alrededor del estadio. Escalofriante, a la vez que sobrecogedor.

The lunatic is in my head.
You lock the door.
You threw away the key.
There’s someone in my head
And it’s not me…

Finalmente el lado oscuro de la luna hizo Eclipse en la noche. No sé si es por la solemnidad del tema, por saber que se termina o por la frase final, pero siempre me emocionó, y esta no fue la excepción. Si a eso le sumamos los anteriormente mencionados lacrimales sobrecargados, pues…

All that is now
All that is gone
All that to come
And everything under the Sun is in tune
But the Sun is eclipsed by the Moon


Por mucho que lo trate de explicar con palabras, todo el asunto del prisma láser, el haz y el arcoiris es mucho más fácil de apreciar visualmente.







Parte 1 | Parte 2 | Parte 3

Eso No es todo

¿Creyeron que terminaba acá? Yo también, y la verdad que me iba chocho si así fuera, pero las luces no se prendieron. Waters volvió, presentó a la banda, e hizo algo inconcebible: hizo subir a algunos pibes del Instituto River Plate (que sinceramente espero no dicte economía) para el próximo tema. Mientras el campo bullía de comentarios por lo bajo del estilo “estos pibes no saben lo que les está pasando” o “la concha de tu madre”, comenzaron los acordes de -por si aún no lo adivinaron- el combo The happiest days of our livesAnother brick in the Wall (part II). Sí, la de la picadora de carne alimentada a borregos. Como si al show le faltara algo, le siguió agregando peldaños a la escalera emocional.

Aún así la cosa no termina. Al clamor de Does anybody here remember Vera Lynch? siguió el espectáculo. Vera es un tema muy particular, porque en la historia de alguien a quien quiero mucho la frase nos volveremos a encontrar un día soleado suena con mucho pesar, y no puedo escuchar este tema sin pensar en ello.

Como era de esperarse, vino luego Bring the boys back home. Todavía estaba obnubilado por el tema anterior, así que no puedo hacer muchos comentarios sobre este tema. Pero al finalizar, se escucharon los (w)Rooooooooong, do it again!, Time to gooo!, Are you feeling OK? y There’s a man answering, but he keeps hanging up!.

Y sí, Is there anybody out there?

Para rematarla, Comfortably numb.







Y así terminó el recital de Roger Waters en Argentina. Lo que pasó dentro de ese estadio no tiene explicación científica válida. Magia es la única respuesta factible.






Pseudo PD:

Es probable que Mati esté escribiendo al respecto en su blog. Si así fuera, es probable que los relatos sean parcialmente complementarios, suplementarios en otra parte, pero principalmente nos pisemos los hechos el uno a otro. Si todavía no se puso a escribir, que esto sirva como método de presión.

Parte 1 | Parte 2 | Parte 3

viernes, febrero 02, 2007

Hommage

A diferencia de lo que Uds, mis queridos lectores (si, vos), están pensando, esta palabra quiere decir Homenaje en francés, y nada tiene que ver con Omelette du fromage.

La razón de ser de este update es la conmemoración del cuadragésimo quinto díaversario de la desaparición del sensei del teclado, del sha del update, del profeta del ancho de banda: mi gurú bloguístico, Mr. Matías Paolini.

No me refiero específicamente a una desaparición física, dado que lo vi hace dos días, acompañando a la desgracia a ver a Javier Malosetti, quien realizó un desconche gratuito en Plaza de Mayo (¡Grande Telerman! ¡Yo te banco!).

Simplemente, a este simpático personaje de triple nacionalidad (rosarino, torcuateño y, ahora también, platense) se le dio por NO ESCRIBIR UNA BENDITA LÍNEA MÁS DESDE EL 11 DE DICIEMBRE DE 2006.

Cual los personajes de Oesterheld tras su desaparición, aquellos allegados a sus revisiones de la realidad que lo rodea nos preguntamos: ¿Dónde está Matías?

En su homenaje, quiero redirigirlos a su propio Blog, http://sociallyhazardousangel.blogspot.com, pero si hay algo que me molesta son las redirecciones automáticas, así que hagan click en esa URL de ahí o acá a la derecha, donde dice Ye be warned...

Al maestro, con amor


jueves, enero 25, 2007

Quilombo interdimensional (AKA Planar Chaos)

No los voy a aburrir con detalles de mis primeros pasos por el Magic, mi desafección al mismo y la recaída. No hoy al menos. Simplemente digamos que estoy otra vez jugando y tengo muchas ganas de competir. Tantas de hecho que me anoté en el torneo presentación de la última expansión: Planar Chaos.


Tanto rompí que conseguí que Mati y Pedro también se anotaran.


Sábado 20 a las 9.30am ya estábamos en el hotel Bauen, donde se desarrolló el torneo en cuestión. Estuvimos media hora esperando y Mati se impacientaba ante mis lamentos por no haber llevado mi carpeta.


A las 10 en punto nos dejaron pasar, lo cual no implicaba comenzar el torneo, sino que simplemente nos encerraban en un lugar con aire acondicionado y sin ventanas mientras anotaban a los que iban sin haberse inscripto previamente (shame on you) y armaban los listados de los torneos (eramos tantos que nos separaron en cuatro torneos de 32 nerds cada uno). Cabe destacar que durante el trayecto al hotel vimos a un grupo de nerds dentro del cual se hallaba una señorita dispuesta a jugar. El näive de pilaf se ilusionó pensando que la concurrencia femenina sería mayor que la de ese ejemplar único en su especie.


A eso de las 10.45 llegaron las cajas y comenzamos con el registro de las cartas. Simplemente abríamos el mazo y los boosters y anotábamos en una planilla ilegible las cartas EN ESPAÑOL que nos tocaban. Una vez superado este tedioso proceso, hicimos rotación de las cartas; esto es, las pasamos dos veces a la derecha. Ahora bien, cuando llegamos a este punto, me quedé sin cartas. ¿Por qué? Porque el que estaba dos lugares a mi izquierda no había terminado de anotar las cartas. Cuando diez minutos después me da las cartas y la planilla, resulta ser que el muy soperútano había anotado mal las cosas. Puso cruces donde no iban y faltaba anotar cartas, por lo que llamé a un juez, le comenté lo sucedido y me dieron algo de tiempo extra porque tuve que chequear que estuvieran todas las cartas. De todas maneras, nada de esto importó cuando vi una carta llamada Condenación, que es algo así como una Ira de Dios negra, pero... Nada, ¡es la Ira de Dios negra!

Armé rápidamente un mazo R/W/u sin seguir nada de lo que se me había recomendado y me dispuse a enfrentarme a mi primer contrincante.

Mis resultados fueron:



  • 0-2 debido a que no había mezclado las tierras y no me había acostumbrado a mi mazo (bajar un morph como si fuera un suspend no es correcto).

  • 2-1 porque el Blood Knight se encargó de hacer stalemate hasta que bajé al Tim rojo y lo pingueé hasta la muerte.

  • 2-0, donde le reboleé dos Disintegrate por la cabeza, ganando los partidos con esa arrrmosa carta. De hecho, uno se me resbaló de la mano y literalmente se lo reboleé.

  • 0-2. Simplemente mi mazo demostró estar mal hecho.

  • 0-2. En el primero me hizo pelota. Para el segundo, decidí hacer un cambio importante: Cambié las cartas blancas por cartas negras. Me la banqué un rato más, pero le bajé el Plague Sliver y le tira un pax verde... Ese partido estaba mal parido y la Damnation no vino nunca.

Fuera de mis penosos resultados, tanto yo como mis acompañantes damos fe de que la pasamos bárbaro. Mati, Pedro y yo quedamos 13, 15 y 17 respectivamente de nuestros respectivos torneos (cada uno estaba en uno distinto). Cabe destacar que Mati y yo somos primos, pero Pedro quedó afuera de la familia (si sos tan nerd como para entender eso, este chiste te va a encantar).


Entre ronda y ronda la gente sacaba su carpeta y comerciaba. Conseguí buena parte del Haunting Husk para volver a las competencias y Pedro consiguió su adorado Pride of the Clouds con el que se toca todas las noches.


19 hs nos retiramos, no sin que Pedro antes recogiera el booster que le había tocado en un sorteo. Dicen las malas lenguas que vendió partes de su cuerpo para conseguirlo. Las peores lenguas dicen que vendió el cuerpo entero.


Nos retiramos a cenar -porque los muy putos no dieron ni un break para comer algo- al Burger King que está ahí a la vuelta, charlando de lo groso que estuvo el torneo y de cartas viejas con Mati (así descubrí el combazo entre esta carta y esta otra).


De ahí nos fuimos a lo de Fry (con escalas hogareñas previas), pero el natalicio del Dr. Cantarelli será motivo de algún otro update.


Para el que le interese, estas son las rares, uncommons y timeshifted de Planar chaos que me salieron.


Damnation / Condenación -creo que la mencioné un par de veces- (timeshifted de Wrath of God)


Enslave / Esclavizar


Magus of the Arena / Mago de la Arena


Blood Knight / Caballero de Sangre (timeshifted de Silver Knight)


Lavacore Elemental / Elemental Núcleo de Lava


Timecrafting / Maestría del Tiempo


Fungal Behemoth / Behemot Fungoso


Cautery Sliver / Fragmentado Cauterizador


Mana Tithe / Diezmo de Maná (timeshifted de Force Spike)


Merfolk Thaumaturgist / Tritón Taumaturgo (timeshifted de Dwarven Thaumaturgist)


Bog Serpent / Serpiente de la Cienága (timeshifted de Sea Serpent)


Prodigal Pyromancer / Piromante Pródigo (timeshifted de Prodigal Sorcerer)

Sunlance / Lanza Solar (timeshifted de Strafe)

viernes, enero 12, 2007

Eclecticismo findeñal

Se me va el año… Sí, sólo a mí se me va.

Este fue un año raro. Altibajos constantes; algo así como una gran marejada. Dado que no los quiero aburrir con densos detalles de todo lo acontecido (para eso están las entradas anteriores del blog), paso a comentarles que decidí comenzar a despedir el año el miércoles 27 de diciembre.

Sin embargo, el 26 me llega un mensaje de que Anita estaba en Bs. As. con el crío y su peor-es-nada. Nuestro abogado de confianza, ni lerdo ni perezoso, arma una fugaz reunión en la casa de la susodicha. Finalmente conocemos –bah, yo, por lo menos– a Julián, el pequeño y peludo bodoque.

Cenamos esa noche, con la Sra. Mirtha Legrand: Elisa Filevich, torturadora de ratones; Luis Farfallini, psicólogo wanna-be; el Letrado Cococo, perseguidor de ambulancias; Ariel [NdMí: Nunca me acuerdo tu apellido], músico (ni hace falta que haga chistes); Ana Miñones, madre de uno; Federico Mendez, bienamado rey del planeta… Bueno, déjenme soñar aunque sea una vez.

Luego de una cena de interacciones litúrgicas, inquisiciones, experiencias paternales, parental advisory y, sobre todo, pizza, cerveza y vino, nos dimos cuenta de que era pasada la medianoche y varios debíamos madrugar porque en mi casa somos tres los que salimos a las 7.30…

Con la excelente destreza automovilística de Eliza, llegué a casa a la 1.30 y me fui a dormir a las 2.

Horas dormidas ese día: 4

Horas dormidas en total: 4

Ahora sí, el día de los Natas había llegado. Los participantes seríamos Fry, Mati, Jime, Pedro, Seba y un servidor, pero como este último no pudo venir, fui yo. Como una nota al margen, me ofrecí para comprar las entradas. En principio me iban a acompañar participantes –Jime se unió luego–. Cuando saco las entradas de este espectáculo y el siguiente, y ya una vez volviendo a casa, me doy cuenta de que había sacado cuatro entradas… Estuve todo el día diciéndome “Son cuatro entradas, son cuatro entradas”. Técnicamente era cierto: son cuatro entradas MÁS LA MÍA

Pero volviendo a lo nuestro, nos juntamos a comer a las 21.30 en el Palacio de la Pizza. Fry manda mensaje preguntándonos dónde carajo estábamos. Evidentemente, era el único puntual. Caemos Pedro y yo en no me acuerdo qué orden y nos disponemos a esperar a la parejita. Luego de interminables minutos los llamamos y nos dicen que están en 9 de julio y Corrientes -3 cuadras-. Al rato nos debatíamos con Fry sobre la existencia de hoteles alojamiento / bulos de conocidos / rincones oscuros que pudiera haber en el trayecto, porque NO PUEDE SER QUE TARDEN TANTO EN CAMINAR TRES CUADRAS.

Durante la cena frugal (no porque nos faltara tiempo, sino porque no teníamos hambre), saltó en la conversación el hecho de que cada cierto tiempo las conversaciones con Mati comienzan con “Hoy casi asesino a X familiar directo-político-adosado”. Esto mismo fue reiterado el sábado por un informante anónimo a quien llamaré Toshy (no por guardar su identidad, sino por no saber cómo se llama).

Siendo las 22.30, faltaba 1.30 hs para el recital –por lo menos–. Mi sugerencia, ampliamente aceptada, es ir caminando hacia la Trastienda y, en el camino, tomarnos un helado. ¿Adivinen qué no hay en el trayecto Corrientes al 700 – Balcarce al 400? ¡Sí, muy bien! Heladerías.

A las 23 ya estábamos en la puerta de la trastienda, apreciando al público de Nonpa que se retiraba del espectáculo. En el ínterin, me dispuse a repartir las entradas, y Seba no llegaba. Esperamos, y Seba no llegaba. Tuve que amenazarlo con que “Si no llegás en los próximos 5 minutos le doy tu entrada a la primera que me tire la goma”. Ahí se hizo presente, pero prefirió abonar en efectivo. Mientras seguíamos esperando que nos dejaran entrar, se apersona Sergio CH con una cara de culo que parecía insinuar “¿Dónde mierda se metieron estos dos pelotudos?”.

40 minutos después… Sí, cuarenta, como en 2x20, 1+39, crisis de la mediana edad, etc… La fila empieza a moverse. 0:00 marca mi celular, pero todavía faltaba la banda soporte: Taura. A las 0:35 comienza su show –yo puteaba por las pocas horas de sueño que tenía encima–, y sonaron bien, pero por hache o por be no me terminaron de convencer. En el medio de la presentación de dicha banda se digna a apersonarse Waldo, y entonces sí, sabemos que no se cancela el chow.

1.30am, comienzan a sonar las notas de Carl Sagan. Les haría una reseña de los temas tocados, pero bien podrían ir a este otro update, que fueron casi los mismos –los temas distintos, no los recuerdo–. Fue, nuevamente, una noche mágica como las que vengo disfrutando desde agosto.

Hubo un personaje tristemente célebre esa noche: RAMONA. Una señorita de aproximadamente 1,50 de altura y 150 de busto, así como de las demás medidas. La misma tenía una remera de The Ramones, pero en lugar del nombre de la mítica banda se leía… Bueno, imagínenselo (o lean un par de renglones más arriba).

Aproximadamente 3.30 terminó la odisea. A las 4.10 me fui a dormir.




Horas dormidas ese día: 2

Horas dormidas totales: 6

Esta vez me preparé. Nonpalidece cerró el año haciendo cinco funciones en la Trastienda, y el jueves 28 fue el día elegido. Entrada en mano, me dirigí a la Trastienda nuevamente. Salí con el tiempo justo, y pensé que iba a llegar tarde… ¡Qué iluso!

Aparentemente los Natas son contagiosos, porque recién a la 1.10 nos dejaron pasar.

A la 1.30 arrancaron, y fue un desconche, damas y caballeros. Los once sonaban espectaculares, recorriendo toda su historia (tienen tres discos, bah). Fue una noche de algarabía y reggae como Nonpa nos suele ofrecer, salvo cuando van a festivales, que siempre están enculados. Ni siquiera la presencia de tres o cuatro DESUBICADOS DE MIERDA que estaban a los gritos, empujando gente y subiéndose al escenario logró opacar la belleza del espectáculo.

Desde ya, tocaron 2 hs de corrido, por lo que nuevamente llegué a casa a las 4.10




Horas dormidas ese día: 3 (2 a la noche y una de siesta)

Horas dormidas totales: 9

El viernes se suponía que iba a ser más tranqui. Iba a ver a 12 monos -la banda de un amigo del INTI- a las 22 en un bar de Palermo Jóliuud. Resulta ser que yo debo haber leído mal por el sueño porque empezaba a las 24. Me quedé esperando y fueron llegando los músicos, a quienes reconocí no porque los conociera de otras veces, sino porque acarreaban instrumentos. Cuando llegó Andrés –mi amigo, no el que viene una vez por mes (aunque como trabaja en el sector de Finanzas y algo tiene que ver con los sueldos...)–, y luego de los saludos, chácharas de cómo-andás y cómo-va-todo y de esperar un rato largo, vemos que no viene nadie… Resulta ser que ni la banda ni el lugar promocionaron el evento. Andrés estaba del orto –en parte por esto, en parte por problemas personales– y quería cancelar todo. ¡Puta! Pensé. Se me iba a arruinar la seguidilla musical findeañera. Encima se dio la siguiente situación: la mujer del percusionista iba con una amiga. Se piden una cerveza para ambas.

– ¿Cuánto es?

– $15, responde la moza una vez destapada la botella y servidos dos vasos.

Y no, no era cerveza importada ni artesanal. Era una Stella común y corriente de esa que hacen en Quilmes y sacan del mismo tacho de donde salen la Imperial y la Iguana.

Para mi ventura, entre los otros seis (porque eso de que son 12 es mentira, pero lo de que son monos… Lo dejo a libre interpretación) se conflagraron y se decidió tocar.

Hicieron todos temas instrumentales, y la verdad que fue excelente. De ejecución soberbia. Y ver lo que hacía el bajista me hizo enamorarme aún más del instrumento; eso y los tremendos atributos de la novia. Cuando la vi, dije “esta es la mía”.

Finalizada la orquestación, Andrés dice: Vamos a despedir el año acá en un lugar que tienen parrilla y ponen mesas afuera, enfrente de Niceto”. -¿A El Carnal?- pregunta uno. No, responde, Es uno que queda en la esquina opuesta.

¡EL CHORI BAJONERO! Dije en tono audible. Sí, damas y caballeros, íbamos a proceder a aquel antro de perdición en el que te pasan música de las bandas que tocan en Niceto antes que toquen para entonarte. Creo que la descripción más certera del lugar la dio el amigo Seba una vez (¿O fue Mati? Meh, se igual. Los de Torcuato son todos iguales): Con ese nombre no puede ser malo.

Tomamos un par de cervezas, algunos nos clavamos un chori y, mientras estábamos en lo mejor de la velada, Dios puso el toque de queda y nos echó un aguacero encima.

Un amigo mío festejaba el cumpleaños en Shamrock, así que me dispuse a partir hacia allí. Me dirigí a Fitz Roy y esperé paciente y húmedamente la aparición de un taxi.

El tema es que, una vez que estoy en Santa Fe y Rodríguez Peña, me llega un mensaje de amigo-Fry diciendo que se habían ido a otro lado por la zona. En ya habiendo pagado el taxi que me tomara para mojarme lo menos posible, y por consiguiente habiéndolo dejado escapar, tuve que caminar cuatro cuadras a la intemperie. El resultado: un rosario de puteadas.

Cuando llego me encuentro con un Fry completamente ebrio, Pepper, Squall, su chica, la novia y la prima de Platero (de cuyos atributos espero que Fry sepa explayarse en los comentarios), el “novio” y un amigo de Platero.

En resumidas cuentas, tomé como hacía rato que no tomaba. Me gasté en la noche $49 en alcohol, entre tres speed c/tequila y dos Dr. Lemon Vodka.

Como nota al margen, Dios le da pan al que no tiene dientes. Prima de Santi + trampa – telo = ¿Qué carajo está pasando acá?

Terminé llegando a casa a las 7am.


Acá iría un video de la banda, pero como no encontré, péguense una vuelta por http://www.docemonosweb.com.ar


Horas dormidas ese día: 9 (1 de siesta y 8 de sueño regular… Y bueh, era viernes)

Horas dormidas totales: 18

Al sábado lo venía esperando desde hacía un mes. De casualidad en noviembre había ido a la Trastienda y, preguntando como quien no quiere la cosa, me entero de que Malosetti tocaba el 29 y 30 DE DICIEMBRE, y no de noviembre como anunciara en la presentación de Niño (ver mi primer sueño).

Por ende, si no fui el primero en sacar las entradas, pegué en el poste. Como tenía varias opciones de lugar (llenaban el lugar de mesas), elegí la mesa más al medio que mejor nos dejara justo en el spot de Javier (siempre está a la derecha del escenario). Digo nos porque obviamente fui agraciado con la compañía de la pequeña Jime, a quien ya podría dejar de decirle pequeña porque desde que la conozco que mide más que yo.

En fin, volviendo a lo nuestro, llegué cinco minutos tarde a la hora del encuentro, aunque, como me comentara cierto informante anónimo –a quien llamaremos Matías P… No, muy obvio ¡Mejor M Paolini!–, fue tiempo más que suficiente para hacerme acreedor de algunas puteadas.

Sin tanta demora como las dos ocasiones anteriores en que me apersoné al recinto, decidimos encolarnos rápidamente para tener las mejores ubicaciones dentro de la mesa. Antes de comenzado el recital, se veía por debajo del telón un espectáculo un tanto perturbador: había alguien que pareciera estar haciendo algo como yoga en medio del escenario.

El recital no comenzó con Niño, ese raro de dos minutos en los que se toca un único acorde y que abre el álbum homónimo, sino con un solo de CÍTARA a manos de un pelado cuyo nombre no recuerdo. Resulta ser que era él el que estaba haciendo las cosas raras detrás del telón.

Se va el pelado y aparecen los músicos: Hernán Jacinto en los teclados, Oscar Giunta en Batería y, obviamente, Javier Malosetti en bajo.

A esta altura me queda corta la lengua española para describir lo espectacular que fue el recital. A pesar de la falta de invitados (sólo estaban Milton, el ex-Mambrú, el pelado citaratero y el padre para un par de temas), el recital fue espectacular. Javier se dedicó varias veces a decir boludeces y a criticar el hecho de que se tuviera que ir temprano. Decía que después venía una banda de como 30 tipos arriba del escenario (tienen manicura y pedicura también). Fue en uno de esos raptos que, mientras todos le decían que se quedara un rato más que la banda de 30 son buena onda, que un botón resentido le dice “La última vez empezaron una hora y media más tarde, así que prolongate tranquilo”. Como ya habrán adivinado, tuve mi momento de fama.

Entre las boludeces varias, tocó nuevamente Tropical Biker, como he intitulado a la versión tropical de Rough Biker.

Certeza tuvo el que gritó desaforado en un momento Oscarcito [Giunta], sos la reencarnación del Bonzo. El solo de batería que se mandó fue extremadamente zarpado.

Fue un recital de puta madre, nuff said.

Al finalizar, fui con la peque hasta Corrientes y, tras una frugal cena en Burger King, me dirigí a mi siguiente destino: Pilaf’s.

Tras una hora de viaje, llego a lo de Pedro siguiendo la voz de tenor de Mati, y me hago notar al grito de A ver si se dejan de decir boludeces. Inmediatamente no sólo soy recibido, sino que Marquete me hace entrega de un Cuba Libre recién hecho con Bacardí oro. Los presentes: Pedro, Marquete, Mati, Toshy, Sab, Ash, Tuku y su novia, Pascu, Putito, Pepper y Fry. Ok, no es la cantidad de gente que esperaba, pero eso no quiere decir que uno no pueda divertirse. Ver como Fry prepara daikiri de manzana pero, como la licuadora no tiene tapa, el líquido elemento empieza a desparramarse por ahí, por lo que ponen un plato que no termina de tapar todo y Pepper pone “el pulgar” (que era su dedo índice) en el pico del vaso de la licuadora.

La noche derivó en Magic y alcohol. Todos fuimos vapuleados por el nuevísimo mazo Treshold-Madness de Marquete (regalo de navidad) y, los que quedamos al final, vimos a Rubber Johny (personas impresionables, no entren. En serio).

Por cierto, Fry, gracias por regalar el Gancia.

A las 7am terminó MI despedida del año. Quedaba la cena familiar y la salida posterior, pero sobre esto último no tengo ganas de hablar principalmente porque son las 3:10am y en un rato me tengo que ir a laburar.