lunes, diciembre 04, 2006

Ya nunca

Cuenta la leyenda que el juego de confesiones y alcohol mejor conocido como Yo nunca fue inventado en Devoto, cuando los investigadores se dieron cuenta de que era forma más económica y eficaz de hacer cantar a los reos. El método se dejó de utilizar cuando quisieron hacer hablar al gordo Guachín Amaestrado, de 2,20 metros de altura, 230Kg y característica ausencia de cuello; famoso por haber desarrollado el primer motor a gas natural de la Isla Maciel, que fuera descalificado del turismo carretera porque no permiten el ingreso a las pistas con armas de destrucción masiva. Luego de un par de preguntas (o sea, dos botellas, porque cada vez que debía tomar se bajaba un envase de litro), Guachín les informa a los oficiales que en la próxima pregunta -su turno- todos iban a tener que responder que sí. Acto seguido, pasó a empernarse a los tres oficiales allí presentes más los dos que entraron a retenerlo y, una vez acabado el asunto, dijo “Yo nunca dejé que me rompan el culo”.

Esta breve introducción sirve para saber de qué la va el delirio de hoy. Reunímonos en el Cubil, un bar del área de La Lucila (no jodan, Olivos no llega hasta ahí). Llego 50’ tarde. Luego de los saludos del caso y un par de bebidas circulando (cerveza para los que tenemos aguante, tragos para los demás), me llega la llamada al deber: ¿Te prendés al Yo nunca? ^_^

Y así empezó el consabido juego. Para los que no lo conozcan, sepan que no tienen vida. Las reglas son simples: Alguien dice “Yo nunca [algo]” si alguno de hecho [algo], debe tomar un trago (o más) de alguna bebida alcohólica. Hay versiones un poco más... Erhmm... PRIVADAS del juego. Si algunA quiere saber al respecto, no dude en ponerse en contacto conmigo.

Entre los participantes nos encontrábamos: Guada, Lau, Yam, dos amigas de Pablo cuyo nombre desconozco, el propio Pablo, Fran, un amigo de Pablo, Pedro y un servidor. Nótese la ausencia de Fry en la lista de personajes. Aparentemente tenía algo más interesante para hacer...
Antes de proseguir, quiero que todo el mundo se tome un segundo para abuchear a Diodati, González y Hëss, (aka Gloria, Cecilia y Emiliano, también conocidos como Damita, Chuchu y Rudolph) quienes se hicieron los boludos y no participaron del juego, pero escuchaban las preguntas y se reían ante quiénes tomaban.

Empiezan Fran y Lau haciendo preguntas zonzas, movida inteligente porque para las preguntas interesantes es mejor que la gente ya tenga un cierto grado de alcohol.
Después de un par de preguntas, y ya cansados de ser los únicos dos que parecen tener interés en inquirir, dicen “Dale Bestia, preguntá algo chabón”. Bueno, si así lo quieren... Tiré un no-muy-sutil “Yo nunca me toqué pensando en un hombre” y el juego se puso interesante. Ya desde el vamos, un 73% de las señoritas presentes se vio obligada a beber; ninguno de los caballeros lo hizo; y los que no sabemos qué son, tampoco.
Se hicieron insinuaciones de toda índole dentro de lo interesante. Algunas confesiones de Lau fueron acompañadas de la siguiente rutina:
- ¡Cásate conmigo!
- Mi amor corresponde a Fry
- No busco amor.

Gracias a este bendito juego nos enteramos de que Guada es una depravada cuasi-ninfómana (como Yamila y Laura, bah) y que Pablo se cogió un caballo...



¿Ya está? ¿La incredulidad ya dio paso a la curiosidad? ¿A la risa, o a las ganas por lo menos? ¿No...? ¬_¬



Según él tiene algo que ver con un aparatito y no sé qué cosa, y como fue Guada la única que lo entiende -y ninguno de los dos quiso dar explicaciones-, quedó esa versión de los hechos.

Pasaron las horas, corrieron las cervezas y la gente se fue hundiendo más y más a sí mismas. Todos los participantes se tocaron pensando en alguien presente en la mesa y casi todos los susodichos le tenían ganas a alguien de esa mesa (cosa redundante, digamos).

Ya nunca podré ver a ese grupo de la misma forma...


PD: Culminamos la velada viajando hacia el río en el medio de transporte más económico a nuestro alcance: el pie. Nótese la peculiaridad de que Maipú tiene un ángulo de apróximadamente 30º con respecto al río, por lo que, donde desde mi casa son seis cuadras, desde Paraná son 14 en bajada. El tema no es la bajada, es la subida de la vuelta... Luego, cuanto más uno se aleja de mi casa, más cuesta ir a cualquier lado.

PD2: Un micro de dos plazas es un Buquebus para Höss

PD3: Por lo que me informan, faltan muchas cosas, pero nadie me dice cuáles...

3 comentarios:

Fry dijo...

- Mi amor corresponde a Fry


WTF???

Anónimo dijo...

Bleh, si no hubo Fry, no hubo diversión alguna

Fry dijo...

Por fin alguien que sabe de lo que habla.