viernes, marzo 23, 2007

The Dark Side of the Moon

A los 14 minutos se volvieron a apagar las luces y la excitación tomó tintes románticos en el ambiente.

Antes de seguir, una aclaración. Cuando empecé a escribir este párrafo me di cuenta de una verdad ineludible: The Dark Side of the Moon es indescriptible. No importa cuánto lo intente, no salen palabras siquiera aproximadas a lo que esas canciones me hacen sentir. Espero que disfruten este relato, porque probablemente sea lo que los lingüistas británicos llamarían “a bunch of mumbo-jumbo”.

Comenzaron a sonar los sonidos que componen Speak to me (pista con que se abre el álbum), y, acompañando los alaridos finales, el aplauso y emoción del público se hicieron presentes para despedir la apertura y celebrar el comienzo de Breathe. No sé si fue la emoción de ver que lo más cerca que iba a estar de presenciar este espectáculo en vivo no fue con las versiones que Easy Star All-Star presentó el año pasado, pero mis ya saturados lagrimales no dieron abasto.

La psicodelia de las imágenes que pasaban en On the run (un circulo con imágenes en colores cálidos a toda velocidad), sumada a las variaciones que hicieron lo tornaron en una experiencia psicodélica de primer orden. No hacía falta estar drogado para poder apreciar ese espectáculo en toda su magnitud.

Y pasada la gran apertura gran, se escucharon las campanas de los relojes, indicando que Time comenzaba a sonar. Para alegría de todo aquel que poseyera un bajo, mostraron uno de los secretos mejor guardados de la mítica agrupación británica: ¿Cómo se hacía el efecto del segundero mientras Mason le daba con todo lo que tenía a la batería? ¡Simple! Tal y como mostró el maestro cuando enfocaron sólo sus manos, silencia las cuerdas en la base del diapazón y hace sonar la segunda y tercera. Y digo que es uno de los secretos mejor guardados porque TODO EL MUNDO largó un “mirá cómo lo hacía” al unísono. Tal vez les parezca una tontería, pero no se dan una idea de lo emocionante que puede ser que a un n00b le salga como a Roger Waters, aunque sea algo tan nimio.

El final de Time dio lugar al sólo de piano y la famosa frase And I’m not frightened of dying. Any time will do, I don’t mind. Why should I be frightened of dying? There’s no reason for it, you’ve gotta go sometime. con que se inicia The Great Gig in the Sky. Antes de entrar al recital me preguntaba cuántos desubicados habríamos que de hecho aullaríamos durante este tema. Afortunadamente fueron pocos los irrespetuosos, y hasta yo me di cuenta de que hay cosas que fuera de casa -o de molestar a algún amigo- son sacrilegio. Desafortunadamente un flaco atrás mío no lo supo ver de esa manera en principio, pero al verse solo en su cruzada y, sobre todo, al ver que más de uno ya había(mos) mirado para atrás con ganas de hacerlo toser sangre, desistió.





I never said I was frightened of dying.



Y entró en escena el patito feo del disco. Money es un tema que desentona taaaanto con la onda del disco que me resultaría chocante si no fuera tan bueno. Sepan entenderme, soy nuevo en esto de Pink Floyd, y mucho más aún con este álbum, pero hace aproximadamente un año conseguí ver la verdad de la milanesa: The Dark Side of the Moon es un álbum progresivo, pero no sólo porque hablamos de música progresiva, sino porque el disco sería un gran tema de 45’ que va cambiando suavemente de compases. Money está justo en el medio, y hace que no termine de cerrar del todo esa obra. Sí, podría dividir todo en tres partes –Speak to me a The great gig in the sky | Money | Us and them a Eclipse–, pero… Bueno, basta de huevadas.

¡Ah! Tal y como lo había predicho, somos tan cabezas que hicimos pogo en este tema.

Us and them fue el tema que más tardé en digerir de este álbum. Será por la onda tranqui que trae después de Money o qué se yo. Hoy por hoy lo tengo de antesala a Any colour you like que, dicho sea de paso, tuvo un despliegue musical impresionante. Tanto fue así que a mitad de la presentación de ambos temas bajaron un proyector de lásers que formaba las aristas del prisma tapa del disco.

Los que hayan llegado a esta parte probablemente no recuerden algo que mencioné bien al principio. Me refiero al sonido envolvente. Ahora les pido que recuerden el tema Brain Damage e imaginen las risas del Lunatic resonando alrededor del estadio. Escalofriante, a la vez que sobrecogedor.

The lunatic is in my head.
You lock the door.
You threw away the key.
There’s someone in my head
And it’s not me…

Finalmente el lado oscuro de la luna hizo Eclipse en la noche. No sé si es por la solemnidad del tema, por saber que se termina o por la frase final, pero siempre me emocionó, y esta no fue la excepción. Si a eso le sumamos los anteriormente mencionados lacrimales sobrecargados, pues…

All that is now
All that is gone
All that to come
And everything under the Sun is in tune
But the Sun is eclipsed by the Moon


Por mucho que lo trate de explicar con palabras, todo el asunto del prisma láser, el haz y el arcoiris es mucho más fácil de apreciar visualmente.







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